Radioastronomía

La radioastronomía es otra rama de la astronomía que estudia los cuerpos celestes a través de sus emisiones en el dominio de las ondas de radio (que tienen una longitud de onda mayor que la de la luz visible). En esta rama se utilizan grandes antenas, o grupos de antenas más pequeñas trabajando en paralelo, (radiotelescopios) para amplificar las ondas, y así obtener una buena lectura de estas.

La radioastronomía nace a finales del año 1920, cuando un joven ingeniero americano, Karl Jansky, estaba trabajando en la investigación de las causas de perturbaciones de radio de origen atmosférico que intervienen con las transmisiones de larga distancia. Jansky construyó una antena formada por una estructura metálica en forma de jaula y la suspendió sobre las ruedas de un viejo Ford, de manera que un motor pudiera hacer girar la antena en diferentes direcciones. Después comenzó un largo y paciente trabajo de recopilación de datos, que consistía en el registro de los diferentes tipos de ruidos de radio captados en diferentes longitudes de onda, pero sobre todo en las ondas cortas y desde varias direcciones del cielo. Después de meses de intensa investigación, Jansky llegó a la conclusión de que la fuente de aquel ruido estaba localizada en la constelación de Sagitario: en la dirección del núcleo de nuestra Galaxia. La noticia causó gran conmoción entre el público y se hicieron múltiples conjeturas sobre el origen de aquellas señales: sin embargo el propio Jansky, que no era un astrónomo, se dio cuenta que no había nada de misterioso en ellas y comprendió que muchos cuerpos celestes, además de irradiar energía, bajo forma de luz visible, lo hacen también bajo forma de ondas de radio.

A partir del la investigación de Jansky se crearon los primeros radiotelescopios, y en 1970, radiotelescopios alrededor de todo el mundo (incluso orbitando la tierra) fueron combinados para realizar mapeos interferómetros de gran tamaño.

Actualmente, la radioastronomía es también, en parte, responsable de la idea de que la materia oscura es un importante componente de nuestro universo; las mediciones de radio de la rotación de las galaxias sugieren que hay muchas más masa en las galaxias que la que ha sido observada directamente. 

En resumen, la radioastronomía nació hace más de 80 años. Hoy es esencial para la exploración del universo y es una gran generadora de tecnología avanzada. La radioastronomía ha revelado objetos y fenómenos invisibles en otras bandas del espectro electromagnético y ha complementado de modo fundamental estudios realizados en esas bandas. No en vano, la radioastronomía cuenta con más premios Nobel que ningún otro campo de la astrofísica. Es más que previsible que la radioastronomía siga en la vanguardia de las investigaciones astrofísicas en el próximo futuro, a juzgar por la cantidad y calidad de los instrumentos radioastronómicos que se encuentran ahora en fase de diseño y construcción.